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Sobre Nos

Según E. Neuman, en sus estudios sobre el simbolismo matriarcal, el símbolo primordial de la creación del mundo es la serpiente que se muerde la cola, acto que significa la autofecundación. En un manuscrito veneciano de alquimia vemos la serpiente Ouroboros con la mitad de color negro (símbolo de la tierra) y la otra mitad blanca y moteada de puntos que representan estrellas (cielo), lo cual ratifica ese carácter de coniunctio y hierogamia. Señala el doctor Sarró, en su artículo «El mito de la serpiente Ouroboros y el simbolismo letamendiano del organismo», que este mito se refiere a la idea de una naturaleza capaz de renovarse a sí misma cíclica y constantemente, según Nietzsche en El eterno retorno.

Diccionario de Símbolos – Juan Eduardo Cirlot

¿Por qué La Cuélebre?

La Cuélebre, el relato mitológico

La Cuélebre, Culebrón o Sierpe es un personaje mitológico de las zonas de León, Asturias y Cantabria. Aunque sea un animal legendario en muchas zonas del planeta, éste tiene sus pequeñas características según la zona. A veces se le representa como una culebra grande, otras como un pequeño dragón y otras como una serpiente con alas de murciélago.

Viven en bosques, cuevas, ríos, manantiales o fuentes. Pero la característica más grande es que guardan tesoros (ayalgas en asturiano), generalmente relacionados con el oro. Vivir cerca de donde vive la Sierpe es muy peligroso ya que reclama sacrificios o regalos por parte del pueblo cercano amenazado y sometido con la advertencia de comérselos o generar grandes tormentas. Los sacrificios suelen ser animales o incluso se habla de doncellas en alguna zona. Datos que encontramos en la leyenda de “la Xana y la Cuélebre” y de cómo rescatar a esta. Esto nos da varias ideas, en las que esta culebra no solamente guarda tesoros materiales y que tiene muchos parecidos con historias de la mitología griega como las hazañas de Hércules o las historias del Vellocino de Oro con Medea, el dragón y Jasón.

Las escamas de la Cuélebre son impenetrables, pero el único día que su magia es vulnerable es la noche de San Juan. Sin embargo, son muchas las historias del intento de matar al pequeño dragón.

Una de las historias más legendarias se encuentra en el pueblo de La Vid de Gordón, concretamente en la Ermita de San Lorenzo. La ermita data del siglo X, aunque algunos antropólogos como el leonés David Gustavo López, apuesta por un santuario mucho anterior, pagano. Supuestamente en la ermita se encuentran enterrados los huesos de San Lorenzo donde en su sepulcro está escrito “a los dioses Queunuros” que son dioses indígenas de la naturaleza y hay un ara del siglo II astur en la ermita. Se podría hipotetizar que es incluso un santuario pre o protohistórico con larga continuidad.

La leyenda de La Vid cuenta la historia del “Culebro de la Gotera”. Este Dragón amenazó al pueblo de La Vid con no dejar pasar agua del río y para que esto no ocurriese cada habitante del pueblo tendría que darle una oveja, hasta que uno no tenía ovejas y tenía que recurrir a dar a su hija. Esta historia llamó la atención a San Lorenzo, entonces situado en Tánger decidió peregrinar hasta el pueblo para matar al dragón. San Lorenzo llegó con sus hermanos, Pelayo y Vicente, juntos consiguieron matar al dragón, pero cuando esté explotó murieron los hermanos de San Lorenzo. Con esta explosión también se formó una fuente sagrada llamada “La Fuente de las Virtudes”. Justo donde murió la Cuélebre es donde se construyó la ermita y San Lorenzo enterró también ahí a sus hermanos. De camino a la ermita hay una roca con pisadas de herraduras de un caballo o un burro, se cree que pueden ser petroglifos ya que hay algunos muy parecidos en una zona cercana a Asturias, pero hay muchas leyendas donde parecen este tipo de pisadas equinas por donde han pasado santos.

Esta ermita durante la Edad Media perteneció a San Isidoro de León y como se documenta en unos papeles del papa Alejandro III en 1176 donde también añade que es donde yace San Lorenzo. Todavía cada 10 de agosto es tradición subir a la ermita, el día del santo y fechas muy próximas al avistamiento de Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo.

La Cuélebre, relato antropológico. La serpiente y la Diosa

Son múltiples ejemplos los que encontramos la imagen de la serpiente como ser mitológico, como deidad o animal fantástico. Pero el imaginario de la serpiente ha ido convirtiéndose en un imaginario maléfico con los años, cuando realmente pertenece al imaginario de la Diosa en una cultura preindoeuropea, una imagen quizás matriarcal.

Hay representaciones de la serpiente como imaginario de la Diosa desde el arte neolítico. Imperativa en la religiosidad de todas las sociedades agrícolas. En América, es la Dama de la falda de serpiente; también la serpiente es Diosa en Asia, Europa y Oriente Medio.

La serpiente muda la piel y renace, forma parte de las historias que acompañan a la Diosa, un símbolo de su poder regenerador dador de vida.

Nammu una Diosa sumeria, su nombre aparece en un texto cuneiforme alrededor del 2000 a.e.c escrito con un ideograma que significa mar. La asociación de lo femenino a las aguas primigenias y el simbolismo del agua tan ligada con el huevo primario o huevo cósmico, justo lo que engendran los animales ovíparos.  Por ello es representada la Diosa como pájaro o serpiente que gobierna sobre la fuerza dadora de vida, el agua. La diosa Nut también emergerá de las aguas celestes primigenias más adelanté será la Ariadna cretense y finalmente la griega Afrodita.

El caso más llamativo es el trato que se le da a la serpiente en los textos bíblicos y más adelante cristianos o de los principales dogmas de las religiones de libro. La serpiente es una de las causas de la salida dramática de la humanidad del jardín del Edén. Esta simbología cobra sentido si como hemos comentado, se tiene en cuenta que es uno de los principales símbolos de representación de la Diosa.

En las excavaciones arqueológicas del Neolítico, la serpiente es uno de los motivos más frecuentes. Escribe Gimbutas: “la serpiente y su derivado abstracto, la espiral, son motivos predominantes en el arte de la Vieja Europa”. Gimbutas también señala que la asociación de la serpiente con la Diosa no solamente sobrevivió al periodo micénico en Creta, sino que pasó de la Edad Oscura hasta el resto de Grecia y Roma a través de sus mitos, como los de Atenea, Hera, Deméter, Derecto y Dea de Siria. Ocurre lo mismo en todo el Mediterráneo, Oriente Medio y gran parte de Occidente. Ha sido hallada una diosa con una serpiente enroscada al cuello en un yacimiento en Mesopotamia del siglo XXIV a.e.c. Se encuentra también una figura con enorme parecido en India del año 100 a.e.c. En la mitología del antiguo Egipto, la diosa creadora del mundo es la representación de una cobra, la Diosa Uazit. La Diosa cananea Astarté aparece también representada como una serpiente. Quizás entre estos hallazgos el más importante para nosotras es un bajorrelieve sumerio del 2500 a.e.c llamado “la Diosa del árbol de la vida”, que muestra dos serpientes junto a la imagen de la Diosa.

No podemos negar que la serpiente es un símbolo de representación de la Diosa demasiado importante que no puede ser ignorado. Tras las invasiones indoeuropeas la mentalidad sobre la Diosa debía ser remodelada y este símbolo debía adecuarse a los nuevos emblemas de la clase dirigente, ya sea despojando el poder del símbolo o incluso matándolo.

La serpiente pasó a ser la nueva representación de Zeus en la remodelación de las invasiones indoeuropeas de los nuevos dioses del olimpo. Atenea junto al olímpico Zeus, con una serpiente en su escudo, tendría como nuevo papel la Diosa de la guerra. Un símbolo que pasó a ser la derrota de la Diosa como símbolo de violencia y guerra.

Se empezó a añadir en los mitos nuevas historias de derrotas de serpientes y dragones. Zeus mata a la serpiente Sifón, Apolo mata a Pitón y Heracles mata a la serpiente Ladón, una serpiente guardiana del sagrado árbol frutal que la Diosa Gaia le había regalado a Hera cuando esta se casó con Zeus.

En la zona del Creciente Fértil está el mito en el que Baal somete a la serpiente Lotan o Lawtan (Lat significa diosa en caneo). En Anatolia un dios hitita mata al dragón Illuyanka.

En la mitología hebrea en el Libro deJob y los Salmos aparece la historia en la que Jehová mata a la serpiente Leviatán. En la Biblia de Dartmouth se nombra el Arca de la Alianza, que gracias a las investigaciones de Joseph Campbell sabemos que no contenían los diez mandamientos sino una serpiente de bronce, Campbell escribe: “era venerada en el templo de Jerusalén junto con una imagen de su esposa, la Diosa Asherá”.

Pero después de todo este repaso arqueológico y simbólico de la serpiente, no podemos irnos sin nombrar la historia de La Biblia. La Pérdida del Paraíso de Eva y Adán. La historia en que la serpiente y el imaginario de la Diosa comenzarán a tener el imaginario que conocemos hasta ahora, el del mal y lo diabólico. Eva come del árbol aconsejada por la serpiente desobedeciendo las órdenes de Jehová, este consejo no es trivial ya que en periodo histórico en el que nos encontramos necesita la transición a una sociedad más colaborativa y era necesario hacer también una transición de la Diosa al dios, cuando todavía este cambio no conseguía adaptarse en la sociedad. Muchos teólogos lo han interpretado de diferentes formas y ninguna tiene que ver con el desconsiderado y cruel relato del pecado original, un invento que se incluirá 400 años después de las primeras historias de La Biblia. Hay que entender que el Árbol de la Sabiduría o el Árbol de la Vida es un símbolo que siempre ha acompañado con anterioridad a la presencia femenina, vehículo para ganar sabiduría o como uso de revelaciones divinas (las Pitias o Pitonisas). Así que el relato de que un dios prohibiera encomendarse a una cuestión divina como el consejo de una serpiente no tendría ningún sentido. El llamado pecado original que se originó con Eva simplemente fue para aquella época una estrategia para enfrentarse políticamente a las nuevas formas de culto de la Diosa que debía desaparecer.

La Cuélebre, la conclusión

Elegimos el nombre de La Cuélebre porque nos gustaba la idea de airear un mito de la España vaciada y retomar el significado con una idea renovada antropológica asociada al herstory o “historia de ella” traducido alegremente. También nos salimos de los academicismos (en general) aprovechando que vivimos en un territorio plural con la suerte de tener múltiples idiomas y diferentes formas de nombrar como “nos” en Asturleonés.

Encontramos interesante la idea de recuperar la simbología de la Diosa o de la serpiente no como algo maligno por pertenecer a una descendencia de lo femenino, sino como un símbolo femenino que puede tener o no bondad por decisión propia.

Desde las escritoras y escritores de La Cuélebre apostamos por una escritura de investigación, pausada y que nos sirva como punto cardinal para el aprendizaje. No tendremos tiempos, por ahora no manejamos el tiempo, pero lo que sí manejamos es el divertimento en el aprendizaje. Por ello las publicaciones no tendrán una mensualidad o puede que sí.

La cabida de los textos es extensa, aunque no vamos a negar que nos llama mucho lo que algunos denominan por desconocimiento saberes oscuros y puede que hasta sus sombras.

Quizás nos gusta mucho la idea de que La Cuélebre sea el pueblo de todos.

Queremos también que sea un espacio para compartir e invitar a todo el mundo que quiera meterse en esta odisea.