En este artículo se pretende hacer un breve resumen de quiénes fueron Los Cabiros y lo poco que conocemos sobre este grupo. Quizás, nos remontemos al misterio más primigenio de la antigua Grecia.
Los Cabiros
Existen dos teorías de quiénes eran los Cabiros, una es mitológica y otra ya considerada como tribu o etnia no helénica.
Los Cabiros son unas criaturas mitológicas que guardan relación con un culto mistérico en la isla de Samotracia. La isla de Samotracia es la isla que está más al norte de Grecia, cerca de Frigia en Asia Menor, donde se considera que también guarda relación con este misterio.
Para Heródoto Los Kabeiroi venían de un santuario de Tebas. Son seres o divinidades propiamente masculinas que sirven a las diosas o a la Diosa Madre. Algunos son conocidos como los Curetes, Coribantes, Idaioi dactyloi.
Se descubrió que Kabeiroi podía venir del semítico Kabirim que significa <<los grandes>>. En Asia Menor, en la zona de la antigua Frigia, existe una montaña que se llama Kabeiros, un lugar donde se realizaban los misterios de la diosa Madre llamada Berekyntia o quizás posteriormente conocida como Cibeles.
Estos Kabeiroi son unos daimones fálicos que en esa zona son justamente conocidos como los Berekyndai. Eran espíritus que pertenecían a la música de las bramaderas, un instrumento prehistórico que al girar hace un ruido muy parecido al de un enjambre. Este sonido era el que acompañaba en la procesión de la Gran Madre de la zona.
El filólogo Karl Kerényi utiliza una expresión de los Upanishads para describir a los Kabeiroi <<más pequeños que lo pequeño y más grandes que lo grande>> a la que añade que lo más parecido a estos seres es una representación fantasmal.
En la isla de Imbros se encontró una inscripción que nombraba a los Kabeiroi como los grandes titanes (Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto y Cronos) pero también cita a los Pataiken, los enanos.
El Mito de Los Cabiros
El mito fundacional de los Kabeiroi lo conocemos gracias a Pausanias, pero existen dos versiones.
Prometeo es quien está presente con un hombre cabiro y su hijo Aitnaios, cuando Deméter trae algo y se lo otorga al hijo. No hay más, no se conocen las palabras porque forma parte del misterio.
Aitnaios o Aetnaeus es el nombre para el dios Hefesto, el dios del fuego y la forja que guardaba relación con al volcán Etna. Otro paralelismo con un gran monte o montaña como en el de Asia Menor o Samotracia.
Deméter es llamada por los cabiros, Kabeiria o la Madre y es considerada la fundadora de los misterios cabiros.
En la segunda versión de Pausanias remonta el mismo mito, pero con nombres distintos y en un tiempo posterior. Los Kabeiraioi tuvieron que huir de la isla en algún momento por distintas invasiones.
Entonces es Pelarge, la hija de Potnieus y su marido Isthmiades en Alexiarus. Potniai era uno de los santuarios de Deméter en Boecia que se hace llamar así por la Potnia (Potnia Theron) y Potnieus es el nombre del <<hombre de Potnia>>. Pelarge al igual que Deméter, recibe una cerda preñada en el oráculo de Dodona, así que la diosa es otra Madre. E Isthmiades hace referencia al dios Istmo o Poseidón.
El Misterio de Los Cabiros
Como he comentado anteriormente, el misterio de los Kabeiroi se remonta a unos misterios mucho más antiguos que los de la propia Samotracia, cuando la isla ya estaba helenizada. Ya los propios griegos lo consideraban muy antiguos y lejanos, es por eso por lo que es uno de los misterios más antiguos escritos.
El historiador griego Diodoro comentaba que no hablaban griego y que tenían una cultura y lenguas antiguas y extrañas. Con unas inscripciones encontradas en una isla cerca de Samotracia, se podría llegar a pensar que la lengua de este pueblo estuviese relacionada con la lengua etrusca.
Gracias a Diodoro también conocemos una pequeña parte del misterio, una serie de preguntas que se le hacían a la persona antes de ser iniciada: <<Qué fechoría había cometido en su vida que fuese peor que cualquier delito ordinario?>>. Esa era la pregunta clave.
No lo debemos entender como una pregunta desde el punto de vista cristiano como analiza el mito Kerényi, no es una expiación ni una confesión. Es en todo caso como diría Jung, es un conocimiento de tu sombra. La idea era encontrar dentro de ti algo parecido para poder empatizar y sentirte como los cabiros. Debemos entender que los cabiros sí tenían delitos de sangre ya que los titanes habían matado a Dionisio.
Aquí Kerényi también hace un análisis entre este misterio y los posteriores que vendrían del mundo helenizado como Eleusis. Para participar en los grandes misterios de Eleusis, la única condición que impedía participar en ellos era haber cometido un delito de sangre. Pero resulta ser una excusa, ya que existían otros misterios en los que expiaban estos delitos.
La gran diferencia que había era el lenguaje. Los cabiros no hablaban griego, por lo tanto, para los griegos eran bárbaros y los bárbaros tampoco podían participar en los misterios, los mitos posteriores griegos tratan de superponer la idea de la civilización frente a la barbarie. Para los griegos, los cabiros se saltaban todas las normas, era lo antiguo y lo impuro.
Lo que conocemos de los cabiros es gracias a pequeños santuarios como el de Tebas o el de Samotracia, las inscripciones, los historiadores griegos antiguos o las cerámicas encontradas en estos lugares.
Al salir del santuario de Tebas nos encontramos en una meseta que se llamaba Aónica, que significaba <<meseta de la luz del alba>>. La isla de Samotracia era conocida también como <<la isla de la luz temprana>>, debido a su nombre anterior Leucania, aunque también tuvo el nombre de la diosa Electra. Sin embargo, los misterios del santuario de Tebas se celebraban en la sombra y el rincón más oscuro de la montaña.
Según Pausanias el santuario de los cabiros se encontraba dentro del bosque de Deméter Kabeiria y solamente el inciado en los misterios podía entrar en este bosque.
En el Cebirion también se producía una boda sagrada, como la de Perséfone y se debía hacer una representación parecida con una diosa alada como guía.
Volviendo al análisis de Kerényi estos misterios tenían un sentido para los hombres cabiros. Estos hombres que tenían una característica violenta y atroz como la de un asesino, debían dejar atrás eso para convertirse en verdaderos guerreros. Debían ser nutritivos para las almas.
Tras un fracaso sigue la elevación, la esencia de los cabiros era contraria a la dignidad paterna, el ridículo desenfreno y la torpeza de lo fálico.