la galaxia pérez es un intermundo conectado con el propio mundo y es así como vive en un otoño indefinido. en el año 2531 la ley sólo será relativa porque no tendrá padre ni futuro
los árboles de la dulzura crecerán y será Venus quien inaugure las ceremonias que serán prácticamente imposible de localizar
Venus y Heráclito se bañarán por fin en el río y mi profesora de literatura se llamará Tránsito para siempre, porque eso soy yo, un tránsito que ya no insulta, sólo reconoce caras amables. y el conocimiento será un teatro lindo, una buena noticia en que las tragedias serán también comedias, en que los dramas serán también chistes
la psicología dejará de ser una profesión y sólo quedarán conversaciones, y no habrá familias, ni instituciones, ni edificios con un segurata en la puerta, ni diputados que vivan de un cuento falso, porque, al fin, lo único verdadero será la palabra, la voz, el grito y la carícia espontánea de una perra que se me acerca cuando me tumbo en el césped de cualquier parque
y Safo, Sócrates y Epicuro charlarán, charlarán… volverán a charlar sobre lo de siempre, sobre lo que nunca debimos olvidar, sobre lo que nunca nos callarán. porque ya no creo en el futuro, solo creo en la presencia del tacto, solo en la potencia de una dulzura inesperada que llama a la puerta y en la astucia de una niña que ensordece la violencia