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Qué refleja la obsidiana I

La idea de este artículo es ir recogiendo el uso que se le ha dado al espejo en distintas culturas, distintas concepciones culturales y cómo se ha jugado o especulado con ello. Para ello primero entenderemos la simbología, pasando por detalles en el porqué el espejo es un artilugio o casi un personaje principal en los cuentos y mitos del mundo. El espejo es una puerta también, es quien nos revela lo evidente y lo que no sabíamos. Una mirada en el espejo puede ser resultar un acto temerario.

Esta será la primera parte del artículo que nos llevará hasta el uso del espejo en las místicas europeas.

El Espejo como símbolo

En griego antiguo existen tres formas de nombrar espejo: esoptron, enoptron y katoptron. La raíz –op– de las tres palabras viene de la palabra griega opsis que significa <<visión>> o <<vista>> aunque es posible que también nos suene a <<óptica>>. La diferencia en entre las tres anteriores palabras es la siguiente, esoptron tiene el prefijo eis- <<ver en>>, enoptron procede de en-orao << ver en o distinguir>> y katoptron del prefijo kata se podría traducir como <<de arriba abajo>>.

Katoptron sería una forma de espejo que nos reflejaría desde arriba hacia abajo, como si mirásemos un reflejo en el agua. Sería una mirada que podría descender y enseñar nuestro reflejo en las profundidades, un símbolo muy ligado al inframundo.  Es posible, que Katoptron fuese una mirada de catarsis, de katabase (katabasis) el descenso a los infiernos.

Por otra parte, tenemos claro que el espejo tiene una relación directa con la visión, la mirada y la imagen. Los espejos se han considerado puertas que se abren hacia el Más Allá, el otro lado, pero el reflejo también te puede devolver la mirada como una puerta bidireccional. El ojo como símbolo se ha vinculado también a grandes dioses o diosas (el ojo de Dios, la mano de Fátima, el ojo de Horus). Esto puede ser el motivo por el cual la mayoría de los espejos desde el mundo antiguo hasta nuestros días han adquirido una forma ovalada, como la de un ojo.

El espejo nos refleja nuestra figura, pero también nos devuelve la imagen del Otro, un yo distinto, un yo que si miramos demasiado nos incomoda. Durante mucho tiempo se le ha atribuido un símbolo relacionado con la belleza, el Eros, un símbolo de lo femenino, aunque sea cierto durante un determinado periodo. Pero, aunque esté vinculado a Eros, se han encontrado espejos en enterramientos relacionados con el culto a Eros y Afrodita. ¿Por qué relacionado con lo femenino? Por una lectura moralizada de Ovidio durante la Edad Media que se terminó vinculando con el amor cortés.  Una vez más cuando se vinculó con lo femenino, acabó por ser un símbolo erótico que no terminó por encajar en la moralidad de diferentes épocas porque derivaba en el ensimismamiento, la lujuria y el pecado. Así que alrededor del siglo XV empiezan a aparecer obras artísticas con el demonio sujetando un espejo y terminando por aparecer una mujer-monstruo más adelante.

Otro de los símbolos más tratados sobre el espejo es como una fuente reveladora de la verdad, que tendrá bastante relación con el tema de la adivinación que veremos más adelante. Pero quizás, el ejemplo que mejor relacionamos con esto es el cuento de Blancanieves, el espejo revela la más absoluta verdad a su madrastra en cuanto a todo lo que le pregunte. Estos detalles también se repetirán en cuentos, literatura y mito a lo largo de la historia.

La Dama del Lago se lleva a Lanzarote. Grabado de George Wooliscroft y Louis Rhead

El espejo y el más allá

Uno de los aspectos que nos vincula al espejo con lo aterrador es el paso del tiempo. Cada día que nos miramos al espejo descubrimos una cosa nueva, juega con nuestro ego, nos muestra tal y como somos físicamente. Las arrugas, las canas, las manchas y todos esos detalles cosméticos, nos recuerdan el paso del tiempo. El espejo nos recuerda que somos finitos y nos recuerda que estamos a un paso más del fin. Este memorándum constante del tempus fugit es una de las principales cuestiones por la que se le vincula con la muerte, pero hay más.

Quien haya leído La Rama Dorada de Frazer sabrá que el libro comienza y termina con el mismo ejemplo <<el espejo de Diana>>. Así es como se le llama al lago de Nemi en Italia y es que como comentábamos antes el agua es un espejo, pero el agua también tiene una relación de muerte y renacimiento.

En distintas culturas está interiorizada la creencia de que, si miras a un pozo o al agua de un lago, tu reflejo es tu alma que quedará atrapada allí. Quizás por eso hay muchas leyendas con los pantanos y la muerte, ya que estos te llevan a sus profundidades. Por otro lado, al menos en mi casa sí que he llegado a oír que nunca se miran los espejos por la noche para protegerte de lo que puedas ver. Esto guarda correlación con la tradición de tapar los espejos cuando alguien muere en una casa, para que su alma pueda salir y no quedarse atrapada en el reflejo.

En la antigua Grecia ya se usaba la adivinación a través del espejo, llamada catoptromancia (katoptron). Pero está también se usaba con la adivinación a través de las aguas, la hidromancia o lecanomancia. La adivinación o la manteia griega usaba a menudo la comunicación con el otro lado, con los espíritus o manes, dioses que a través de distintas personas revelaban ciertos mensajes.

Pausanias describe cómo en el santuario de la diosa Deméter hay una fuente en la que hay un oráculo para los enfermos. Estos deben atar un espejo a una cuerda y soltarlo para que el borde del espejo toque el agua. Después de unos rituales el enfermo debe mirar el espejo y les mostrará si está vivo o muerto.

El agua y el espejo revelan porque dejan la puerta entreabierta al lugar donde residen los dioses ctonicos, al hades se llega a través del rio Estigia. O el Lago Averno, el Poniente, o el río Aqueronte.

Esta idea del espejo como fuente reveladora la encontraremos a lo largo del Ciclo Artúrico como por ejemplo den La dama de Shalott que se enamora de Lancelot a través de un espejo o todo el simbolismo de La dama del lago que rapta a Lancelot.  Este concepto también lo usará Tolkien con el espejo de Galadriel en El señor de los Anillos.

En el mundo anglosajón la idea del espejo permaneció lo suficiente hasta que el alquimista John Dee le regaló un espejo de obsidiana a la reina Isabel I de Inglaterra. La idea de este regalo era para poder hablar con espíritus y ángeles. El espejo provenía de México, del Imperio azteca y se cree que pudo ser un encargo de Hernán Cortés, aunque actualmente se encuentra en El Museo Británico. El espejo y la obsidiana negra están relacionados con el dios Tezcatlipoca que comentaré a continuación.

Espejo de obsidiana de John Dee (https://www.britishmuseum.org/collection/object/H_1966-1001-1)

El espejo y el mito

El espejo es un continuum en la mitología, pero no podemos hablar del espejo sin entender el legado que han dejado los siguientes mitos en nuestra cultura:

Quetzalcóatl y Tezcatlipoca

Tezcatlipoca en el Códice Borgia

Quetzalcóatl le nombraron rey y sacerdote de Tula. Nunca se mostraba públicamente, vivía en la oscuridad de sus aposentos. Como rey y sacerdote, los demonios querían engañarle para que hiciese sacrificios humanos, pero este se negó porque amaba a sus vasallos. Así que decidió sacrificar insectos, aves y serpientes. Esto enfadó mucho a los demonios así que se reunieron para dar solución y salirse con la suya. Uno de los demonios decide que le darán de beber pulque (bebida fermentada) para que no de tino, pero el demonio Tezcatlipoca decide que tienen que enseñarle su cuerpo. Tezcatlipoca coge un espejo enorme y va hasta el palacio de Quetzalcóatl para enseñarle su cuerpo. Después de convencerle para que mire su cuerpo, Quetzalcóatl ve una visión de sí mismo horrible, con la cara hinchada y deformada. Después de esta noticia Quetzalcóatl totalmente embriagado tiene relaciones sexuales con su hermana. Tras esto decide que su comportamiento también es horrible y huye de la ciudad. Por el camino de la huida muere, en algunas historias entregándose al mar.

Quetzalcóatl es uno de los dioses más difíciles de describir del panteón mesoamericano. Su nombre se traduce como << serpiente emplumada >> y fue el fundador del reino tolteca. En cuanto a Tezcatlipoca su principal objeto con el que es representado es un espejo humeante negro. Estos espejos asociados a la adivinación revelan el verdadero corazón de un ser humano.

Lo que le mostró el espejo a Quetzalcóatl era su verdadero yo, un hombre horrible que nadie podía mirar y su deseo por su hermana.

Perseo y La Gorgona

Cabeza de Medusa de Caravaggio (Uffizi Gallery)

Perseo fue concebido por la princesa Dánae y Zeus. Cuando el padre de Dánae se entera la arroja al mar con Perseo y acaban en la isla de Sérifos, donde Polidectes se enamora de Dánae.

Polidectes quiere deshacerse de alguna forma de Perseo reuniendo una dote para el matrimonio de la princesa Hipodamia. Para ello le pide la cabeza de La Gorgona. Perseo consigue mutilar a Las Grayas y llegar al lugar donde viven las Ninfas. Las Ninfas le regalan a Perseo unas sandalias aladas, un saco mágico para guardar la cabeza de La Gorgona y el yelmo de Hades. Hermes le regala una hoz afilada y Atenea un escudo que brilla.

Con todo este séquito Perseo llega al lugar donde viven las Gorgonas y las ve dormir. Así que coloca el espejo frente a Medusa sin mirarla, cuando se despierta totalmente cargada de ira, ve su propio rostro en el espejo y se queda petrificada. Perseo aprovecha la ocasión para cortarle la cabeza. De su sangre nace el caballo Pegaso.

En este caso al igual que Quetzalcóatl el monstruo sufre al mirarse a sí mismo.

El mito de Narciso

Narciso es de los jóvenes más bellos que existen, pero no corresponde su amor a nadie. Un joven se enamoró de él, pero Narciso le envió una espada para que se suicidase, el joven se suicidó delante de la casa de Narciso, pero antes lanzó una maldición pidiéndole ayuda a la diosa Némesis. Un día Narciso se vio en el reflejo de una fuente, no podía dejar de mirarse enamorándose cada vez más de su propia imagen. Ante un enamoramiento tan fuerte de sí mismo se suicida.

Del mito de Narciso existen múltiples versiones, pero todas terminan con su muerte, como la del enamoramiento de la ninfa Eco. Pero su interpretación también es muy variad, desde un castigo por la vanidad hasta no ver más allá y quedarse atrapado en su propia forma.

Pero la versión de Pausanias lo ve como un castigo de Eros. Porque la realidad es que Narciso se queda totalmente enamorado de su propia hermana gemela, la imagen del agua le recuerda a ella que ya había muerto.

Sea lo que sea, el reflejo en el agua de Narciso no le deja ver la transformación que puede causar en él. La revelación con la que se queda es con la del horror de la peor versión de sí mismo, una persona incapaz de entender el amor, de relacionarse con el resto, o incluso de enamorarse de su hermana como el dios Quetzalcóatl.

El espejo de las místicas

El simbolismo del espejo también ha sido usado habitualmente en la escritura mística, tomando como nombre de género literario Specula. Esta influencia simbólica del espejo viene de los padres de la Iglesia como San Agustín por su tradición neoplatónica. Se puede comprobar en su obra La ciudad de Dios, ya que incluye su Espejo con un carácter ejemplificador de la vida religiosa. Sin embargo, la característica que se adhiere al Specula de las místicas es una transformación a través de una relación amorosa espiritual.

Para ello tenemos que hablar de dos mujeres místicas que casi llegan a coincidir temporalmente en la escritura de sus respectivos Espejos. En este caso hablaremos de Margarita de Oingt y Margarita Porete.

Protestificatio de Scivias, Fol. 1. Facsímil de Eibingen del códice de Ruperstberg.

Margarita de Oingt

Margarita de Oingt fue una monja cartuja francesa y mística de la que apenas tenemos información biográfica. La única fecha que se conoce con certeza es la de su muerte en 1310 como priora de Poleteins al final de su Speculum, que coincide con el asesinato de Margarite Porete meses después.

Speculum es una obra visionaria ya que describe tres apariciones imaginarias que marcará la división de los tres capítulos de la obra. Aquí el papel de la visión se compone de un juego de espejos, entre el sujeto que tiene la visión, la propia visión en la que se contempla ella misma y después la comunica.

El libro también adquiere un carácter de espejo, ya que es a través de la lectura del libro como se puede ver la revelación y es la escritura la que revela el conocimiento.

Otro punto de revelación es la mirada de uno mismo ante el espejo a través de la lectura en el que el libro que tiene el formato de espejo nos devuelve la imagen de Cristo.

Estas formas de Espejo muy parecidas las encontraremos en la obra de Porete.

Margarita Porete

Margarita Porete es una monja beguina y mística que es asesinada en la hoguera por la Inquisición el 1 de junio de 1310. Su muerte conmovió a mucha de las personas presentes. Pero la causa principal por la que la condenaron a muerte fue su libro El espejo de las almas simples que ardió con ella el mismo día que su muerte. De la biografía de Porete existe más información, como que era una mujer extremadamente culta y capaz de pagar sus propios manuscritos. Era una beguina independiente religiosa, social y económicamente. No solamente por poder pagar todas las copias de sus manuscritos, sino también por la capacidad que quizás, tuvo ella misma de elaborarlos. Es posible que fuese copista.

Es posible que Porete llegase a ser una mujer molesta para el poder y por ello dictan una muerte ejemplar, ya que poco después de su muerte se dan dos sucesos históricos. Uno es El Concilio de Vienne donde se condenará a La Orden del Temple como herejes. El otro suceso es que pocos meses después de su muerte, la Inquisición recogerá notas del Espejo de Porete y esas mismas notas les servirán para elaborar el tratado de herejía que condenaba a las beguinas.

Por suerte su libro siguió copiándose y difundiéndose por la iglesia como un texto anónimo. En el siglo XIV y XV se traduce del latín al italiano, al inglés y a un dialecto alemán.

Su libro termina llegando a la reina Margarita de Navarra que la impacta profundamente, pero siglos después, Simone Weil también queda impresionada cuando llega a sus manos.

Ahora hablemos de lo que supone el espejo en la obra de Porete El espejo de las almas simples. Es una obra que se escribe en su lengua materna, un dialecto francés y que habla de una experiencia mística.

Aunque la palabra espejo solamente se nombra tres veces en toda la obra, el uso metafórico que le da al espejo es cómo ella a través de la escritura actúa como un espejo para el mundo, ella es un canal.

Elabora un camino para el alma para llegar al <<País de la libertad>> y quien es el espejo de Porete es El Alma que habla a través de ella. El alma que es el otro, se hace a su imagen y semejanza de La Trinidad que a su vez también es El Hijo y por ello quien tiene que ser el espejo es el Hijo. Aquí el espejo adquiere una forma de ejemplo a seguir en este caso Cristo.

En la escritura mística de los Espejos encontramos que la metáfora con la que se usa este símbolo es como el libro-espejo, la propia escritura de ellas como canal revelador, una escritura-espejo, una forma de verse representada en la visión como espejo de sí misma y a su vez el libro-espejo nos enseña la semejanza con lo divino en el que el ejemplo es el hijo de dios.