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La lavanda

La lavanda es una de las plantas medicinales más comunes de nuestra geografía, y de las más seguras y efectivas para mejorar distintos desequilibrios de salud. Pero también es de las más ignoradas, reduciéndola muchas veces a un simple ambientador.

Lavandula angustifolia en Kohler’s Medicinal Plants 1887-1897


La explicación más extendida del origen su nombre, dice que proviene de la palabra latina “lavare.”, que significa, “lavar”. Pero realmente, en el pasado la lavanda no estaba entre las plantas que se usaban propiamente para lavar, por lo que es probable que el origen de su nombre venga del vocablo latino livere, que quiere decir “azulado”, haciendo mención al color de sus flores.


Se cree que es originaria de Persia, y se distribuyó por todo el Mediterráneo y zonas limítrofes con gran éxito. Crece de forma abundantes en suelos secos y pobres, con preferencia por la rocalla calcárea. Pero tampoco le hace ascos a terrenos de otras características, e incluso, se puede cultivar fácilmente en una maceta. Uno de los países donde tiene mayor importancia es Francia, con sus famosos campos de la Provenza.


En toda Europa encontramos referencias de su uso desde tiempos lejanos, ya en la Grecia antigua, Plinio, “el viejo”, y Discórides la clasificaban dentro de las “plantas preciosas”.


El botánico Mattioli y el alquimista Paracelso describieron el uso de lavanda como sedativo para el tratamiento de distintos dolores y ciertas enfermedades mentales.


Y Hildergard Von Bingen la utiliza en diversos preparados de los cuales dice lo siguiente: “…disminuirá el dolor de su hígado y pulmones, y la pesadez en su pecho. También clarificara su pensamiento y temperamento”.


Fue una de las plantas que se usaron los médicos de la peste en sus mascaras picudas para protegerse de la enfermedad, y durante los siglos XVII y XVIII los guanteros y perfumistas la tenían en gran estima, siendo uno de sus ingredientes estrella.

Respecto a los textos antiguos de otras culturas, por ejemplo, en Ayurveda, la medicina tradicional de India no se describe, ya que en origen no se utilizaba por no ser autóctona de India, pero actualmente hay ciertas variedades de la planta que sí se cultivan en el subcontinente indio. Además, como siempre explico, los principios de Ayurveda son universales y a través de la teoría de los cinco elementos, por ejemplo, que es la base de Ayurveda al igual que de otras ciencias y filosofías antiguas se puede analizar cualquier cosa existente; como planta, especia, alimento, étc.

Pintura que recoge las estaciones por Hildegard Von Bingen Fol. 38, Liber divinorum operum I, 4.


La propia Hildergard por ejemplo, usaba estos saberes al describir las plantas, y de la lavanda dice lo siguiente: “es caliente y seca (…) posee la fuerza de los aromas más fuertes y la utilidad de los más amargos. Por eso refrena muchas cosas malas y, debido a ello, espanta a los espíritus malignos”. Sabemos que la sibila del Rin no solamente recibía mensajes divinos para escribir sus libros, sino que era una ávida lectora de cualquier texto que versara sobre medicina y botánica, siendo de gran interés para ella los que procedíande Oriente. Y esto enlaza con la descripción que se hace en Ayurveda de la lavanda, donde podemos ver esa conexión profunda que rompe los límites deltiempo y el espacio.


Según los principios de Ayurveda la lavanda es picante y dulce, pero tiene cualidades refrescantes y amargas. Por lo tanto, reduce los doshas pitta (fuego y agua) y kapha (agua y tierra) y neutraliza vata (espacio y aire).

Es calmante, analgésica, relajante y antiespasmódica. Trabajando no sólo con la relajación del sistema nervioso, sino también con las funciones del hígado y sus emociones asociadas. Efectos, que en la fitoterapia y herbolaria occidental actual no se suelen tener en cuenta.

Ya desde la antigüedad, la lavanda se ha utilizado para tratar muchas dolencias diferentes:

A nivel interno:

  • Alivia la rigidez articular, contracturas musculares y dolores menstruales producidos por tensión y espasmos.
  • Alivia la acidez, la halitosis y los dolores de cabeza de origen hepático.
  • Ayuda en el tratamiento de lombrices y parásitos.

A nivel emocional:

  • Es relajante ayudando a reducir la ansiedad y el estrés.
  • Ayuda a conciliar el sueño.
  • Apacigua la colera, la agresividad y la impaciencia.

A nivel externo

  • Efectiva contra el eccema, el acné, las quemaduras solares y ciertas dermatitis.
  • Calma la cuperosis y la rosácea.
  • Indicada en pieles sensibles, enrojecidas e irritadas.
  • Regula la grasa y reduce la caída capilar.
  • Cicatrizante y ligeramente antiinflamatoria.

Las formas de aprovecharla e incluirla en nuestro día a día son muchas y muy sencillas. No hace falta recurrir a un preparado ya elaborado que suele ser bastante más caro y complejo de usas como es un concentrado de su aceite esencial. La propia planta ya contiene el aceite esencial en una cantidad justa y segura.

A continuación, te dejo un resumen:

  • Infusión: para tomar o aplicarla directamente en la piel. Se puede hacer sólo con lavanda o mezclar con plantas afines para potenciar sus propiedades. También combina muy bien con plantas amargas. La dosificación es entre 1,5 y 3 gramos por taza de agua (250 ml)
  • Hidrolato; para pulverizar la piel, añadirlo en las bebidas, ambientar la casa o rociar en la almohada y sábanas.
  • Tintura o maceración en vino: para tratamientos internos donde se necesite una mayor concentración. Y para tratar de forma externa infecciones leves de oído.
  • Saquitos con las flores: para ayudar al sueño colocados bajo la almohada o perfumar la ropa en los armarios y prevenir las polillas.