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Las plantas de Morfeo

Las plantas han estado presentes como parte fundamental de toda actividad humana desde el principio de los tiempos. Incluso a día de hoy, donde pensamos que estamos tan alejados del mundo natural, siguen siendo parte imprescindible de nuestras actividades más importantes, como la alimentación o la salud. Pero no solamente son nuestras aliadas en la actividad, también lo son en el reposo.

Dentro de sus usos múltiples usos han estado profundamente vinculadas al sueño en sus distintas facetas.

El sueño, es algo tremendamente profundo y complejo, un misterio en el que desaparecemos en la oscuridad para volver a resurgir al amanecer. Y las plantas, siempre nos han acompañado en este proceso, a lo largo de la historia y alrededor de las distintas culturas y creencias del mundo, son parte importante de la vida más mundana y también de la espiritual, estando vinculadas a los mitos y los dioses.

Hay plantas para ayudarnos a dormir, otras para permanecer despiertos, las hay como amuleto contra las pesadillas, para conjurar sueños proféticos o disipar las fronteras entre mundos. Hay plantas que nos conectan con nuestro inconsciente, el astral o el más allá. Dicen que nos permiten el contacto con los dioses, los muertos o los fantasmas y nos traen sus mensajes. E incluso, hay plantas para alcanzar el sueño eterno…

Si queremos abordar el tema de las plantas y el sueño de forma profunda y multidisciplinar el asunto se torna amplio y complejo, nos encontramos con toda una selva de especies, mitos, leyendas, estudios y controversia. 

Por el momento, mi intención simplemente es dibujar el mapa para que cada cual pueda investigar qué región le apetece más visitar.

Empecemos por el final. 

El sueño eterno:

Teixu de Bermiego, árbol milenario en Asturias

Las plantas que tienen el poder de quitar la vida, han gozado de distinta reputación a lo largo de la historia. Han sido temidas, respetadas, veneradas y proscritas por su capacidad mortífera. Actualmente conceptos como veneno y tóxico no son adjetivos que tengan buena reputación, pero no siempre ha sido así.

No es difícil imaginar, porque en el pasado, cuando una persona caída enferma de muerte o cuando en una batalla o cacería las heridas eran imposibles de curar y al malherido le esperaba una agonía lenta y cruel, aliados como el tejo (del que deriva la propia palabra tóxico), eran considerados sagrados. En estas lamentables situaciones ayudar a acortar el terrible sufrimiento era toda una suerte y un acto de piedad. 

Pero también, las plantas más mortíferas eran usadas directamente como armas para la batalla. Desde la famosa cicuta que acallo la voz crítica de Sócrates o las flechas envenenadas con eléboro para ser todavía más letales. Los ejemplos de sueño eterno son muchos, el ser humano a veces pone más energía en destruir, que en mantener la vida. 

El limbo

Reina Kubaba Diosa
Relieve Diosa Kubaba

A veces las heridas no son mortales, pero duelen tanto o más que si lo fueran. A veces lo que duele es el alma, y las plantas para eso también nos ofrecen su consuelo. 

Entre el sueño eterno y la vigilia tenemos un limbo donde ni vives ni mueres, pero al menos el dolor se esfuma. Una zozobra que da nombre a una de las plantas con una conexión más potente con el sueño. Ya su propio nombre lo indica: la adormidera. 

Muchos son los derivados que han acompañado al ser humano desde la antigua Mesopotamia a la actualidad, principal anestesia y prácticamente la única con la que se contó durante cientos de años. El filonio romano, el láudano de Paracelso, los fumaderos de opio o los actuales parques de morfina (de Morfeo). Un adormecimiento que se lleva el dolor de cuerpo y alma cuando la vuelta atrás es difícil, pero a veces aún es posible. 

Sueño consciente 

La sibila délfica representada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.
La sibila délfica – Miguel Ángel en la Capilla Sixtina.

Pero no solamente hemos acudido a las plantas buscando que el sueño que mitigue el dolor. 

Muchas veces el fin ha sido para encontrar respuestas profundas, para conectar con lo oculto, lo que se intuye, pero no siempre se percibe. Un sueño consciente que nos ayuda a transcender los límites, nos trae mensajes de los dioses, nos muestra el camino y las respuestas a nuestras inquietudes o enfermedades. Ayahuasca o peyote en América, amanita muscaria en Siberia, datura en India, loto azul en Egipto, estramonio y beleño en Europa, son solo algunas de las plantas enteógenas. Las que nos traen la voz de los dioses y no han acompañado en los ritos iniciáticos durante miles de años. Actualmente muchas siguen en uso vigente siendo incluso un auténtico negocio, y otras tantas después de años de crítica y ostracismo se han reducido a iconos simbólicos. Sombras proscritas por su poder y toxicidad. Y también están las que por sus poderes más sutiles, pero no por ello menos efectivos, han sido reducidas a usos culinarios o de salud física. 

Cuando el sueño nos rehúye o atormenta 

John Henry Fuseli – The Nightmare

Tal vez menos prosaico, pero más necesario es el sueño como tal. Esa necesidad vital de dormir y descansar.  Que muchas veces no podemos satisfacer. Las noches en blanco, los desvelos, o la tensión nerviosa y física hace muchas veces la calidad del sueño deje mucho que desear. El insomnio en sus distintas facetas causa estragos en la salud física y mental de muchas personas, y por desgracia cada día es más común. Aquí, el herborismo nos brinda múltiples remedios herbales en las distintas culturas. Desde la antigua Grecia que vinculaba toda fuente de curación a través del sueño en los templos de Asclepio hasta el uso de plantas sedantes, adaptogenas, relajantes musculares, del sistema nervioso, digestivo…que se suelen administrar en forma de tisanas, decocciones, tinturas… en el pasado muchas veces acompañadas con ensalmos u oraciones para conseguir el bien deseado o actualmente en cápsulas de extractos estandarizados… 

Dentro de esta sección un apartado que merece una especial mención es el referente a las pesadillas ¿Qué ocurre cuando el sueño no nos evita, pero las visiones que nos trae son tan terroríficas que incluso nos hace temerlo? 

Pues nuevamente las plantas, en forma de talismán bajo la almohada, en el cabecero de la cama o escapulario sobre el pecho nos protegen de ellas. Y también las invocan para los más aventureros… 

Y hasta aquí la presentación de este vasto territorio donde el sueño y las plantas caminan de la mano.

No olvidemos que en muchos casos las distintas secciones del mapa están conectadas y que en muchas veces (no todas) la dosis hace al veneno. Hay plantas «inofensivas» que sólo habitan alguno de estos parajes, pero otras muchas pueden estar en varios a la vez, dependiendo de la dosis, la intención y el ritual. 

Cualquier planta, lejos del concepto actual de principio activo, realmente es un ser complejo, con un gran poder sutil que se muestra su verdadero potencial cuando interactuamos con ella desde la humildad y respeto.