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Qué refleja la obsidiana II

En el anterior artículo de Qué refleja la obsidiana I había escrito sobre el simbolismo del espejo en diferentes culturas, pasando por los mitos principales, su uso en la adivinación y la importancia del speculum en la mística europea.

En este artículo quería seguir trazando una línea más atemporal del uso del espejo sí, pero más bien de lo que subyace en la contraposición de nuestra mirada sobre el espejo, el reflejo de uno mismo, el doble y la sombra. Quizás sería una aproximación más psicológica del lugar donde nos lleva el destello.

El Doble o Doppelgänger

Esta idea o mito del doppelgänger tiene un origen alemán o centro europeo sobre el alma o una sombra que nos sigue. Esta sombra es exactamente nuestro doble, un desdoblamiento de nuestro yo.

No se conoce muy bien el origen de este mito, pero si que converge en distintas culturas llamado como la sombra o alma. Pero en todos o la mayoría de los casos pronostica un mal augurio o la muerte.

En el mundo literario y artístico ha sido una gran referencia usada en muchas obras, sobre todo durante el siglo XIX y principios del XX. El mejor ejemplo que encontramos es el caso de El Dr. Jekyll y Mr. Hyde, donde el desdoblamiento del amable doctor, pero reprimido, hace desenmascarar a su némesis Edward Hyde. O la obra que representa el mido a la muerte y el paso de los años que desdibuja la belleza de nuestras caras con la obra de El retrato de Dorian Gray.

El espejo no termina de desaparecer, sino que es vehículo del terror de encontrarse con el otro yo, la parte desconocida y tenebrosa que no damos a conocer a nadie, ni si quiera a nosotros mismos. Un ejemplo es el caso de la obra de Jean Paul en su obra de Titán donde el espejo puede desdoblarte, pero también jugar con la juventud y la vejez, como en la película de El estudiante de Praga.

Otro ejemplo literario es el relato de Mupassant de El Horla, aquí la sombra ejerce un poder delirante sobre el individuo. La sombra le atormenta, le acosa hasta en los sueños, le espía y le hace sentirse observado. Finalmente consigue hablar con su sombra a través del espejo, donde le llevará a su propio suicidio para intentar así también matar a la sombra.

En William Wilson de Edgar Allan Poe, habla del doble de un niño que encuentra en la escuela. Comparten nombre, fecha de nacimiento, forma de hablar hasta el punto de parecer gemelos.

Tanto la obra de Poe como Mupassant contienen realidades de la vida de los propios autores como comenta el psicoanalista Otto Rank. En William Wilson termina hablando del suicidio de un hombre con adicción al alcohol y al juego. Por las cartas que escribía Muppasant, se sabe que había tenido una experiencia parecida al su propio desdoblamiento, al igual que Poe justamente estos dos relatos se escriben tras sus primeros delirios.

Aunque no todo tiene porqué terminar en una muerte, sino que puede ser un viaje alegórico que algunas personas han terminado por caracterizarlo como literatura infantil. En este caso estoy hablando de Alicia a través del espejo de Lewis Caroll. Una obra que también usa el espejo como método de transición y lo mezcla con el sueño.

All is Vanity (1882) – Charles Allan Gilbert

La figuración del Doble

En Austria, Alemania, centro Europa o Balcanes existe un rito de Nochevieja en el que se enciende una vela y aquella persona que no proyecte una sombra con la vela, avisa de su muerte.

Así como en distintas culturas pisar la sombra, intentar dañarla o jugar con ella puede acarrear horribles circunstancias al individuo. En otras culturas tratan de cuidar su sombra, porque es común que alguien intente acuchillar tu sombra como rito para hacerte daño, esto nos vuelve a recordar a El retrato de Dorian Gray. La sombra en este caso es otra forma de llamar al alma, quien no posee sombra no posee alma, o quizás le quede poco de ella. Por eso los habitantes de Ambon no salen de sus casas a medio día, porque al no proyectar ninguna sombra tu alma puede perderse. Otro lugar que se considera ausente de sombras era el Licaión, el monte sagrado de Arcadia, el lugar de los muertos donde nadie podía acceder. A su vez este dato es curioso porque luego sería donde se realizarían los ritos de fertilidad del dios Pan.

Hubo un momento en el que esta sombra alude al mito del ángel de la guarda, que también tiene una relación directa con El Doble. Hay una sombra que nace con cada niño, es una idea bastante fantasmagórica en el que esa sombra que es tu doble, persigue tu cuerpo tras su muerte. Esta idea de un alma que te protege de ti mismo o de las adversidades piensan que tiene un beneficio psicológico hasta cierto punto y por eso en lugar de algo terrorífico se llegó a pensar en ello como algo beneficioso.

En relación con el ángel de la guarda, también existe la superstición de la reencarnación de nuestros muertos en los nuevos nacimientos, lo que no pronostica tampoco buenas cosas, ya que el alma de un muerto se ha apoderado de nuestro cuerpo al nacer. Por esta teoría también existe la superstición (a veces defendida incluso por algunos psicólogos) de no poner nombres parecidos a otros familiares a un niño o niña, esto podría suponer un traspaso de la personalidad de la persona fallecida o viva al niño sin dejar que adquiera la suya propia. Y como hemos dicho en otras culturas, esta suposición sí, también lleva a la muerte.

En los misterios de Dionisio y el mito entorno a él hay una asociación con el espejo y el doble. Perséfone antes de dar a luz a Zagreo se mira en un espejo, para difuminar su concepción femenina en el mito Zeus lleva a Zagreo en su muslo antes de que renazca como Dionisio. El filósofo Proclo comenta otro encuentro de Dionisio frente al espejo. Dionisio creo todas las cosas tras mirarse en el espejo forjado por Hefestos, así crea el mundo material.

Este mito de Dionisio nos recuerda a otro mito del génesis que recoge La Biblia. Es el momento en el que Elohim (un térimno plural) dice a los ángeles que han de crear al ser humano a <<imagen nuestra>>. En este caso vemos que no es que La Biblia hable en nombre de un dios sino de dioses. Pero pocas frases después habla de Yahvé Elohim, que construye al humano con tierra, después transformó la costilla sacada del hombre en una mujer que esta si es hueso de sus huesos y carne de su carne. Esta segunda creación la hace después de construir el Jardín del Edén porque necesita a alguien que le glorifique, admire y venere.

Como el mito de Dionisio como el de la creación del ser humano en el Génesis, hechos en lo que luego se ha quedado con la frase de “imagen y semejanza” es un hecho cruel, en la que el doble, los humanos, no tienen libre albedrío sino un destino de humillación y veneración.

La trampa sagrada

Este término es el que usa Ramon Mayrata en su libro Fantasmagoría: magia, terror, mito y ciencia en el que explica cómo se usaban ya métodos científicos que se intercalaban con la vertiente religiosa o sagrada, por la que hoy entendemos como física y a veces como trucos de magia. un

Los sacerdotes de la antigüedad, también conocidos como hierofantes, emplearon conocimientos científicos para inducir manifestaciones mediante medios naturales. Un ejemplo notable de esto es la ubicación de lugares sagrados donde la interacción de la luz y las sombras desempeñaba un papel crucial. A lo largo del mundo, desde Stonehenge hasta Chichén Itzá, se pueden encontrar ejemplos de arquitectura y disposición diseñadas de tal manera que, en los equinoccios, el sol ingresa de forma específica o crea imágenes a través de sombras.

Una técnica utilizada era el empleo de espejos para iluminar el interior de las pirámides mediante los rayos de sol que ingresaban desde el exterior, creando así una iluminación para el mundo de los muertos. Además, se cuenta que los sacerdotes utilizaban diversas fórmulas para que, durante los rituales dedicados a Isis, aparecieran rostros sobrenaturales en las paredes. Los espejos más antiguos conocidos se encontraban en Egipto y tenían forma de ankh, un símbolo que representa la vida.

En la antigua Grecia, también se tenía conocimiento sobre el uso de espejos y reflexiones, así como de la Cámara Oscura. Aunque no hablaban en términos físicos que más tarde serían reconocidos como hallazgos científicos en el siglo XVIII, sí comprendían la complejidad de la luz. Hipólito de Roma ya mencionaba el uso de vapores ascendentes y espejos para representar dioses o muertos emergiendo de cuevas. Por su parte, Herón de Alejandría estudiaba la luz y las reflexiones en su obra Catóptrica y describía cómo hacer que una persona viera su propia imagen en movimiento como si volara.

Esta teatralización de la magia pudo haber sido uno de los orígenes del teatro, utilizado para representar mitos o dioses y reforzar los rituales y el misterio. En ciertos momentos, esta dramatización se utilizaba en relación con rituales de caza o recolección, así como con el culto a los dioses o a los difuntos.

Siglos más tarde, durante el Renacimiento, se registró un caso de nigromancia en el Coliseo romano en el que participó Benvenuto Cellini (el famoso escultor). Un clérigo siciliano fue responsable de realzar este santuario dantesco, logrando que el Coliseo se llenara de demonios para que Benvenuto pudiera reunirse con su amada Angelica, a quien añoraba. Esta imagen causó asombro y temor, con un aroma a azufre y la presencia de demonios acercándose, efectos logrados mediante el uso de espejos.

Este uso de espejos, que derivará en la linterna mágica, también será el que se usará en lo que se conoció durante el siglo XVIII y XIX como fantasmagoría.

La fantasmagoría en muchos casos que irá de la mano con sesiones espiritistas y distintos shows que serán criticados como un entretenimiento burgués. En otras zonas también adquirieron un punto revolucionario y crítico en el que algunos ilusionistas tendrán que desaparecer.

Otros se aprovecharán como en el caso de Cellini, de hacer a hablar a sus muertos añorados con mesas parlantes o ver amigos y familiares que ya no están.

Mémoires récréatifs, scientifiques et anecdotiques du physicien-aéronaute E.G. Robertson (vol. 1, primera página, 1831; representa una sesión ofrecida en París en 1797)

El teatro alquímico de Artaud

<<Todos los verdaderos alquimistas saben que el símbolo alquímico es un espejismo, como el teatro es un espejismo.>>

Antonin Artaud escribe un libro llamado El teatro y su doble, él también tiene que decir algo sobre el doble. En este caso Artaud critica el teatro occidental como un teatro que solo hace uso del lenguaje y de la psicología como algo estático. También criticará el cine en este caso que hace que veamos la muerte no como algo que nos aterrorice sino como algo que nos anestesia y no nos hace sentir absolutamente nada.

Artaud de alguna forma, quiere recuperar la trampa sagrada como en los misterios de Isis o en los misterios órficos o los de Eleusis. Propone que el teatro sea El Doble, que refleje los problemas que le interesan a la masa y no solamente a un individuo. Para él en este caso sería un ejemplo lo que llama El Teatro Alquímico, en el que el espectador debe participar y pasar por diferentes estados en el que la obra termine por su muerte hasta las transformación o trasmutación del ser al ver la obra. Otro de sus ejemplos es El teatro Balinés en el que considera que no se ha perdido el miedo a lo misterioso, el lenguaje tiene que adquirir una forma metafísica que actúe como encantamiento, el teatro tiene que crearnos un sentimiento, aunque sea el terror para hacernos salir de allí y estar en dos lugares a la vez.

El teatro balinés se caracteriza por el uso de la música, los sonidos, los gestos, gritos y vibraciones que hacen que casi se convierta en una lucha ritual.

Con todo esto él propone El teatro de la Crueldad en que dice lo siguiente, << No somos libres. Y el cielo se nos puede caer encima. Y el teatro ha sido creado para enseñarnos ante todo eso>>. En una carta que escribe Artaud a un amigo aclara el término de crueldad como escribe en las siguientes líneas, << Empleo la palabra crueldad en el sentido de apetito de vida, de rigor cósmico y de necesidad implacable, en el sentido gnóstico de torbellino de vida que devora tinieblas, en el sentido de ese dolor, de ineluctable necesidad, fuera de la cual no puede continuar la vida;>>

Con toda esta definición de Artaud por la recuperación del teatro como un Doble que nos espanta, pero a la vez nos sirve como transformación para revivir, es una forma de recuperar el Doble como la capacidad sanadora que tiene y no como un mero fantasma o sombra.

¿Y qué dice el psicoanálisis de todo esto?

Connie Zweig y Jeremiah Abrams desde la concepción Junguiana de la sombra hablan sobre la existencia de la sombra personal, una parte oculta y oscura de nuestra psique que contiene emociones y conductas negativas que rechazamos y suprimimos en nuestra vida cotidiana.

La sombra se forma durante la infancia a medida que internalizamos ciertos rasgos ideales y reprimimos aquellos que no se ajustan a esa imagen ideal.

Aunque no podemos percibir directamente nuestra sombra, podemos reconocerla a través de proyecciones y situaciones que despiertan emociones exageradas o inadecuadas en nosotros. La sombra puede manifestarse en el humor, en nuestras reacciones excesivas hacia los demás, en relaciones problemáticas repetitivas, en acciones impulsivas o inadvertidas, en la vergüenza o en el enfado, entre otros. Sin embargo, solemos negar rápidamente la presencia de la sombra debido al temor de enfrentar nuestra propia oscuridad y proteger nuestra imagen hacia los demás, lo que es aceptable en el marco social.

Encontrar y confrontar nuestra sombra puede ser un proceso desafiante que a menudo ocurre en la mitad de la vida. Puede llevarnos a revisar nuestros valores y romper con nuestros hábitos. La depresión también puede surgir como resultado de un encuentro paralizante con la sombra.

Además de una sombra personal, existe también una sombra colectiva, que se refiere a los aspectos oscuros y reprimidos de la sociedad y la cultura. Estos aspectos se manifiestan en formas de violencia, injusticia, guerras y aquellas cosas que hacen poner en peligro a lo colectivo. Reconocer y confrontar la sombra colectiva es esencial para el crecimiento y la sanación de la sociedad en su conjunto.

Muchos antropólogos y sociobiólogos, como Melvin Konner, argumentan que la maldad humana es el resultado de refrenar nuestra agresividad, elegir la cultura sobre la naturaleza y perder el contacto con nuestro estado salvaje. Marie-Louise von Franz y E. R. Dodds también destacan la importancia de conocer y aceptar nuestra sombra personal y colectiva. En la antigüedad, la religión griega reconocía y celebraba la presencia del lado oscuro en la vida a través de rituales como los mitos dionisiacos. Hoy en día, la sombra se manifiesta en los excesos y desequilibrios de la sociedad, como la amoralidad de la ciencia, la codicia en las profesiones de ayuda, la deshumanización del trabajo y el consumismo desenfrenado. Para enfrentar la maldad humana, debemos desarrollar nuestra conciencia individual y trabajar en la relación con nuestra sombra, lo que nos permitirá aumentar el autoconocimiento, manejar adecuadamente nuestras emociones negativas y sanar nuestras relaciones.

Por ahora nos acercamos bastante a la herramienta que nos hablaba Artaud del Teatro de la Crueldad. Él que también habla de los misterios, se habla de la inscripción en el oráculo de Delfos de “conócete a ti mismo” y eso es lo que comenta Jung que hay que reparar.

Hay que cuestionar el criterio ético y moral, ya que no deben verse como opuestos porque ningún juicio humano es perfecto. Para Jung la sombra es una forma de autoconocimiento y para Hillman esta debe reconocerse e integrarse en la cotidianeidad.

Norman Lindsay – Reflejos (1916)